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Si “Emilia Pérez” es un musical, ¿por qué su música me pareció tan mala?

El cine y la música a menudo se unen para darnos obras de arte que serán recordadas por generaciones. “Emilia Pérez”, una de las películas más polémicas de la presente temporada de premios, pertenece justamente al género musical. Sin embargo, esta lejos de ser recordada por buenas razones.

Además de las numerosas críticas recibidas por su pobre caricatura de la cultura mexicana, las vergonzosas declaraciones de su director sobre el idioma español y la soberbia al abordar los comentarios de su protagonista Karla Sofía Gascón, la música no se ha quedado fuera. En este artículo analizaremos el apartado musical de “Emilia Pérez” a partir de la pregunta: ¿por qué su música me pareció tan mala?

Fraseos “extraños”

    Nada nuevo bajo el sol, ya que es una de las críticas más recurrentes a la película y que no solo afecta a la música. La cuestionable traducción al español de “Emilia Pérez” hace que algunas frases suenen extrañas en las canciones, tanto por su extensión como por la acentuación.

    Es importante considerar que tanto las palabras como la música tienen una acentuación y que lo ideal es que ambas concuerden al momento de una canción. Cuando no es así, y tal como pasa en “Emilia Pérez”, suele ser la letra la que se acomoda a la música generando deformaciones que hacen que las palabras suenen extraño. 

    Reforzando lo de las frases extrañas, hay momentos en que pareciera que el orden en que se dicen las palabras no es el que mejor habría sonado o la traducción no tiene sentido. Esto lo podemos detectar fácilmente como hablantes nativos del español. Por otra parte, sucede que hay sílabas sobrantes en el fraseo, haciendo que el canto suene “atropellado”. Por ejemplo cuando Rita canta “Hello, very nice to meet you”, en la canción “La Vaginoplastía”, el Hello se escucha forzado y pareciera que le sobra una silaba a esa frase.

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    Uso del recitativo para cubrir defectos

      A muchas personas les debió parecer extraño algunos pasajes de la película, como por ejemplo cuando Manitas le cuenta su plan a Rita y comienza a recitar (casi sin respirar). Probablemente más de alguien pensó “qué mala canción”. Bueno, ahí hay que hacer cierta aclaración.

      Ese tipo de recurso, utilizado en los musicales y en otras formas de teatro musical como por ejemplo la ópera, se llama recitativo. En términos sencillos se puede decir que no es una canción en sí, ya que la forma se adapta más a la letra que a una melodía y suele ser más libre rítmicamente que una canción. Uno de sus usos comunes es para entregar información entre canciones (o arias en el caso de la ópera), debido que lleva mucha letra y no suelen repetirse las frases. 

      Ahora bien, además de ese uso, en “Emilia Pérez” queda la inevitable sensación que se usa para camuflar la mala calidad y técnica vocal de sus intérpretes.

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      La mala calidad vocal de sus interpretes

        Parece lo más lógico del mundo que si se pretende hacer un musical se busque actores y/o actrices que tengan experiencia con el canto. De pronto ni siquiera contar con experiencia, pero al menos tomarse el tiempo de aprender a cantar para el papel. Por último, si no cumples con alguna de las dos situaciones planteadas, al menos trata que suene afinado.

        Lamentablemente, en especial para su protagonista Karla Sofía Gascón, a quienes hicieron “Emilia Pérez” no les pareció tan lógico. Entre los evidentes problemas de afinación de la actriz española o la horrible pronunciación del español de Selena Gomez (la única actriz con experiencia en canto del trío protagonista), que afecta en su interpretación, el resultado final deja mucho que desear. Bueno, tampoco les pareció lógico estudiar la cultura mexicana, pero eso es harina de otro costal.

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        La ausencia de números musicales memorables

          Uno de los principales distintivos de los musicales más icónicos e inclusive algunos que no alcanzan tal estatus (hablando de cine, no broadway), es la presencia de, al menos, una canción con un número musical  memorable. Ya sea por la calidad de la canción, por el despliegue escénico o ambas, es una fórmula que se repite. 

          “Do You Hear the People Sing?” en “Los Miserables”, “You’re the One That I Want” en “Grease”, incluso “Therapy” en la reciente (y no tan aclamada) “Tick, Tick… Boom!” que en su minuto rompió el internet son algunos ejemplos de lo que no se encuentra en “Emilia Pérez”. Finalmente la gran mayoría de los clips que puedes encontrar de las canciones son para criticar o derechamente burlarse. Vamos, hasta un chimpancé creado con CGI puede hacer un gran número musical (vean “Better Man” desde el 27 de febrero, tremenda película).

          La comparación con “Wicked”.

            Es sabido que las comparaciones pueden ser odiosas, pero en algunos casos son inevitables. Justamente uno de esos casos es “Emilia Pérez” contra “Wicked, principalmente porque les tocó competir en la misma temporada de premios. 

            Por un lado tenemos un musical que arrastra todos los problemas que mencionamos anteriormente, mientras que en “Wicked” sucede todo lo contrario. El increíble despliegue de habilidad vocal de Cynthia Erivo y Ariana Grande, junto a los memorables números musicales, arrasan sin piedad en prácticamente cualquier aspecto que se quiera comparar.

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            En fin, no se trata de seguir pateando en el piso a una película tan criticada. La idea de analizar la música de “Emilia Pérez” es más tratar de entender un poco el fenómeno que ha causado. Sin embargo es inevitable preguntarse ¿cómo logró una película tan regular colar 13 nominaciones al Oscar? La respuesta, después de cualquier análisis, parece ser cada vez más inexplicable.

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